La economía mundial se encuentra en una situación precaria. Como resultado, las empresas están procediendo con cautela en cuanto a los gastos, examinando cuidadosamente sus riesgos y reteniendo las inversiones. Innumerables proyectos se han suspendido indefinidamente, incluidos los proyectos de automatización. Sin embargo, estos son los mismos proyectos que tienen la oportunidad de contrarrestar el impacto de COVID-19. Los mismos proyectos que tienen el poder de aumentar la productividad, habilitar empleados remotos y clientes aislados.
McKinsey descubrió que el 77% de las empresas de automatización están reportando una interrupción fuerte o muy fuerte de su demanda como resultado del Coronavirus. Ese número ha seguido cobrando impulso durante los últimos meses.
Sin embargo, algunas organizaciones están mirando el desafío de frente y adoptan el imperativo de la automatización; en lugar de reprimir su inversión, están duplicando la automatización. Esta decisión tiene sus raíces en el movimiento Industry 4.0 y ahora en el surgimiento de su hermano HyperAutomation.
La Industria 4.0 o la 4ª Revolución Industrial es el siguiente paso en nuestra progresión económica. Durante años hemos tenido dos dominios de la tecnología en el mundo empresarial. Tecnología operativa (TO): el dominio de fabricación original formado por robots, maquinaria, firmware y software junto con otros sistemas como SCADA, HMI y tecnología informática integrada. Tecnología de la información (TI), con un inicio posterior, agregó almacenamiento de datos, procesamiento de datos, aplicaciones, redes y hardware al ecosistema de la organización. Naturalmente, los dos dominios se alimentaron entre sí, lo que condujo al Internet de las cosas (IoT) y al Internet industrial de las cosas (IIoT).
Mucho más tarde, por supuesto, surgió una gran cantidad de disciplinas y tecnologías que inicialmente no estaban relacionadas. Incluyendo inteligencia artificial (AI) y Machine Learning (ML) para la toma de decisiones, y automatización robótica de procesos (RPA) para liberar a los empleados de tareas repetitivas. La automatización digital de procesos inicialmente tenía como objetivo automatizar los flujos de trabajo y los subprocesos, pero luego se combinó con AI y RPA para crear Hyperautomation. La hiperautomatización es un motor de orquestación inteligente que supervisa la máquina y las interacciones humanas dentro de un proceso holístico.
Los dos dominios comerciales de TI y TO están comenzando a fusionarse mediante el uso de Hiperautomatización y orquestación digital. Permiten la racionalización de datos y la sincronización de la tecnología en toda la organización, creando flujos de trabajo unificados, holísticos e impulsados por valores y dando origen a la posibilidad de fábricas, centros logísticos y oficinas completamente automatizadas. Estas instalaciones funcionan las 24 horas del día sin presencia humana y todas las operaciones se controlan de forma remota.
De hecho, FANUC, un fabricante de robótica en Japón, ha estado operando una fábrica completamente automatizada desde 2001. Gary Zywiol le dijo a Redshift que la fábrica opera alrededor de cincuenta turnos de 24 horas, 30 días seguidos sin supervisión humana. Incluso le gusta bromear: “No solo hay luces apagadas, sino que también apagamos el aire acondicionado y la calefacción“. Esto fue cinco años antes de que Covid-19 planteara la necesidad de realizar aún más operaciones completamente automatizadas.
HyperAutomation y Digital Orchestration también habilitan todas las funciones tradicionales basadas en negocios. Están orquestando ERP y facturación, con sistemas de correo electrónico y físico. HyperAutomation puede incluso manejar préstamos y evaluar el riesgo para hacer recomendaciones antes de que un ejecutivo de crédito revise el caso. Esto crea nuevas plataformas móviles y basadas en la web para que los clientes confinados en casa presenten cualquier tipo de caso u orden que necesite procesamiento, sincronizando todas las actividades y la logística necesarias para cumplir con la solicitud.
Por supuesto, si es un usuario de un teléfono móvil, sabrá que gran parte de esto no es precisamente nuevo. Lo nuevo es la forma fluida en la que ahora responde la capa ciberfísica. Por ejemplo, sus datos de envío hoy en día todavía se escanean principalmente a mano para documentar su ubicación y estado actual. Pero eso está cambiando a medida que Amazon y sus competidores se mueven hacia centros logísticos completamente automatizados.
De hecho, en industrias estrictamente reguladas como la fabricación, los ambientes en la nube con certificación de ciberseguridad han hecho que la automatización sea aún más atractiva, al alejar a las organizaciones de los costosos gastos generales de los centros de servidores de propiedad exclusiva. En cambio, el motor de orquestación reside en una nube con la continuidad del negocio asegurada. Además, la llegada de la automatización basada en plataformas permite la transferencia e implementación de plantillas de automatización rápidamente.
Entonces, las posibilidades de automatización en este punto son asombrosas. Supongo que por eso es una revolución. Pero si todo el mundo está retrasando la inversión debido a la crisis, ¿por qué no detener todo hasta que pase?
Considere esto: Forbes informó en 2016 que solo el 33% de las empresas perseguían los objetivos de Industria 4.0 e HyperAutomation, y aproximadamente el 72% de las organizaciones estaban a la caza cuando golpeó la pandemia. Ahora considere que, según el Foro Económico Mundial, los líderes de la industria podrían ver hasta un 70% de ganancia en productividad con la automatización. En comparación, es probable que los seguidores logren un aumento del 30% en la productividad en las áreas que automatizan.
Si usted es un seguidor y su competidor, un líder, continúa invirtiendo en automatización durante la pandemia, ¿qué creé que eso significa para usted? Puede significar la diferencia entre la supervivencia o el fracaso. ¿O considere la alternativa que su competidor, nuevamente un líder, no invierte y usted sí lo hace? Usted supera a la competencia.
En pocas palabras, las organizaciones que han duplicado la automatización verán un mejor rendimiento durante la crisis. Una vez que pase la pandemia, aquellos que ya se hayan automatizado estarán listos para la nueva economía. Aquellos que no automatizan probablemente le fallarán a sus integrantes, sufrirán ante el ojo público o, en el peor de los casos, tal vez incluso desaparecerán.
